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Demasiado jóvenes para morir

Hace 57 años, gran parte de una generación de jóvenes futbolistas de Manchester United desapareció en un accidente aeronáutico al regresar de Belgrado. La tragedia, tan dolorosa como inoportuna, es un punto de inflexión en la historia de un club que no la olvida y que ha aprendido a levantarse de sus propias cenizas.

Las vueltas del destino suelen generar contradicciones llamativas. Matt Busby fue mediocampista de Manchester City desde finales de los años 20 hasta mediados de la década siguiente y transcurrió el resto de carrera, truncada en 1939 por la Segunda Guerra Mundial en Liverpool. Justamente los dos rivales más acérrimos de Manchester United, fueron los que cobijaron los años como futbolista de quien, varios años después, sería una gran porción de la historia del club de Old Trafford.

Manchester United tambaleaba financiera y futbolísticamente con el final del conflicto bélico que había dejado en ruinas gran parte de su estadio. Las urgencias evitaron reparos ante las exigencias de un Busby que también era pretendido por Liverpool para su banquillo y el escocés inició con plenos poderes en el fútbol del club su carrera como entrenador. Muy probablemente, Busby se convertía en el primer Manager de la historia en febrero de 1945.

Tras tomar el mando en octubre de aquel año, Busby debía responder ante el enorme desafío que lo llevó a firmar por el United: reconstruir el equipo evitando la bancarrota de un club al borde del colapso. Para ello primero contrató a quién sería su mano derecha. Jimmy Murphy, un locuaz y convincente galés, ex jugador de West Bromwich Albion, que había impresionado a Busby en su estadía en el cuerpo de entrenamiento físico de la armada británica, se convertía en 1946 en su asistente y hombre de confianza a lo largo de dos décadas y media.

Aquel marchito Manchester United, regresó a la vida rápidamente para darle batalla a Liverpool y tras ganar la F.A. Cup en 1948 y conseguir cinco subcampeonatos, obtuvo el título de Liga en 1952 tras 41 años de sequía. Quizás ese título haya sido el primer ladrillo del enorme United que llega hasta nuestros días. Pero en la cabeza de Busby aún había que sentar las bases del éxito del futuro. Con esta premisa, Busby, nacido en Bellshill, Escocia, el 26 de mayo de 1909, reorganizó el sistema de scouting del club que comenzó a captar jóvenes para renovar un plantel con que ganaba en veteranía.

En un par de temporadas, una serie de chicos muy jóvenes entre los que se destacaban Jeff Whitefoot, Roger Byrne, Bill Foulkes, David Pegg, Liam Whelan y el espectacular Duncan Edwards. Con esta base y un equipo bautizado como los ‘Busby Babes’ que promediaban 21 años de edad, Manchester United se coronó campeón liguero en 1956 y 1957 y comenzaba a amenazar seriamente el reinado continental de Real Madrid cuando llegó el fatídico 6 de febrero de 1958.

Luego de alcanzar las semifinales de la Copa de Campeones de Europa en 1957, los ‘Busby Babes’ realizaron otra gran campaña europea en la temporada siguiente. Mientras se mantenían como candidatos al título de Liga y en carrera en F.A. Cup, doblegaban a Estrella Roja de Belgrado en Cuartos de Final de la máxima competencia continental para ganar el derecho a enfrentar a AC Milan en semifinales. Pero en el viaje de regreso desde la antigua Yugoslavia, gran parte de aquel equipo de ensueño que cautivaba la atención de propios y extraños, se esfumó en un trágico accidente aéreo.

Tras dos despegues fallidos en medio de una intensa nevada en el aeropuerto Riem de Munich, donde el vuelo G-ALZU AS 57 había hecho una escala técnica necesaria para un trayecto de larga distancia, el avión capitaneado por James Thain se deslizó por el hielo en el tercer intento y luego de chocar con los vallados perimetrales y una casa deshabitada, sufrió una explosión parcial terminando inmediatamente con la vida de siete jugadores y provocando el fallecimiento de Edwards dos semanas después. Además, el accidente le costó la carrera futbolística a Jackie Blanchflower y Johnny Berry, destrozando una brillante generación de jugadores que pudo haber marcado un hito en la historia del fútbol mundial.

El enorme dolor fue menguando y el propio Busby, que estuvo al borde de la muerte, debió ser el artífice de una nueva reconstrucción del equipo. Con algunos de los sobrevivientes de aquel infierno como el arquero Harry Gregg, Billy Foulkes, el goleador Dennis Viollet y el mítico Bobby Charlton, quien regresó al fútbol tras superar una profunda depresión en los meses subsiguientes al accidente, Manchester United volvió a renacer de sus cenizas. Busby consiguió fundar otra generación brillante que, con Dennis Law y el genial George Best como figuras, levantaría la postergada Copa de Europa en 1968.

Esa herida abierta aquella triste tarde de Munich, aquel reloj detenido a las 3.04 pm del 6 de febrero de 1958, aquellos hombres que supieron sembrar futuro en un mar de desesperanza, marcan un punto de partida al que Manchester United puede mirar ante cada momento crítico de su recorrido. Los ‘Busby Babes’ jamás serán olvidados.

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