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Owen, el niño de oro que nunca caminará solo

El Niño de Oro le dice adiós al fútbol, pero en la memoria de todos quedarán sus goles y gambetas. Marcó una época en Inglaterra y hasta ganó un Balón de Oro. Lo disfrutaron varios equipos y hoy lo extrañaran varios fanáticos.




Un jugador distinto, amigo del balón y de la red, que supo estremecer a aficionados propios y extraños con su velocidad, su gambeta y su capacidad goleadora. Participó de tres mundiales con su selección entre 1998 y 2006, donde no logró superar los cuartos de final en ninguna oportunidad. Sin embargo, en su debut mundialista fue elegido por la FIFA como el mejor jugador joven. A los 23 años de edad recibió el Balón de Oro como mejor jugador del mundo.

Hijo de Jeannette y Terry, Michael, comenzó su relación con el Liverpool FC a los diez años. En los primeros tres fue el encargado de lustrar los botines de los jugadores del club inglés, por 20 libras esterlinas por semana. Luego, ficharía con el club para realizar las inferiores y comenzar su magnífica carrera. Nació el 14 de noviembre en Chester, Inglaterra y junto a sus tres hermanos, estudió en la Escuela Primaria Rector Drew en Hawarden, Gales. Su padre, Terry, también fue jugador profesional y se destacó en el Chester City, en segunda,  y en el Everton FC, en la English Premier League.

El “Niño de oro” debutó en 1997 vistiendo la camiseta de los “reds” frente al Wimbledon City, cuando reemplazó a Robbie Fowler en el complemento y se dio el lujo de anotar su primer gol con la camiseta roja. El 12 de abril de 1999 sufrió la rotura del tendón de la corva, lesión que para Owen, a lo largo de su carrera, se volvería crónica.

En las filas del Liverpool consiguió seis títulos. Cinco de estos fueron en 2001: la Copa de la Liga de Inglaterra, la FA Cup, donde anotó dos goles en la final frente al Arsenal, la ex Copa UEFA, la tradicional Charity Shield (hoy Community Shield), donde marcó el gol de la victoria y la Supercopa de Europa ante el Bayern Munich. En la temporada 02/03 volvió a conquistar la Carling Cup, pero esta vez, ante el Manchester United. Marcó un total de 158 goles en seis temporadas para el club inglés.

Con todos estos títulos en su haber, Owen fue convocado por el seleccionador inglés Glenn Hoddle para jugar su primer mundial. En este, la selección inglesa quedó eliminada en octavos de final frente a Argentina en un partido que terminó igualado en dos, con un gran gol de Michael, que corrió y dejó atrás a los defensas argentinos y cruzó un balón de manera espectacular cuando enfrentó a Carlos Roa. Después los penales decidieron que Owen no pudiera continuar en la competición.

                                                             Owen festeja la Carling Cup


En 2004, Owen le manifestó a la dirigencia del club que lo vio nacer sus deseos de emigrar a un gigante de Europa y, tras los rumores que trascendieron en los medios británicos, apareció el Real Madrid para contratarlo por ocho millones de libras esterlinas (12 millones de euros). Pero no todo fue dulce como el merengue en la “casa blanca”. En principio comenzó como suplente y no contó con el apoyo del entrenador de turno, José Antonio Camacho, tampoco en el interinato de dos meses de Mariano García Remón, y luego  con la llegada del brasileño Vanderlei Luxemburgo, para darle minutos. 

Pero cuando el Madrid necesitó de sus goles, ahí estuvo. Marcó cinco goles en siete partidos consecutivos, pero a pesar de ser ovacionado por los ultras del Santiago Bernabéu, nunca pudo ni tuvo la oportunidad de demostrar su amistad con la pelota y la red. Claro está que, además de estos condimentos, competía por un lugar con Raúl González Blanco, ídolo madrileño y el astro brasileño, Ronaldo. Este crack debió dejar el conjunto español por la falta de continuidad y la competencia con los nuevos refuerzos merengues.

                                             Michael festeja uno de sus goles en el Real Madrid

De esta manera, decidió regresar a su país para seguir demostrando que no había perdido la magia derrochada años atrás en la ciudad de Los Beatles. Retornó a las “Urracas” de Newcastle, por una millonaria transferencia de 28 millones de euros. Y vaya si los valía. Había llegado de manera muy grata al club para formar la dupla ofensiva con Alan Shearer, máximo goleador de la institución. 

Igualmente sufrió graves lesiones que incluso no le permitieron jugar toda una temporada. Esta fue la rotura de los ligamentos anteriores cruzados durante el Mundial de Alemania, en 2006. Ese año el conjunto ganó la Copa Intertoto, de la cual Owen no participó. Marcó 30 goles en este equipo a los largo de tres ligas, pero aun así no pudo evitar el descenso del equipo en 2009, que contrató a Shearer para conducir al equipo los últimos ocho partidos.

                                                Junto a Alan Shearer festeja para la Urracas

Entonces el jugador y el grupo empresario que manejaba su situación contractual decidieron que recalar en otro club del fútbol local. De este modo los “Diablos Rojos” de Manchester le abrieron las puertas. Jugó tres temporadas para los de Old Trafford y logró la Comunity Shield y la Carling Cup en 2010 y la Premier League y la Carling Cup en 2011. Estuvo a un paso de lograr la Champions League en la temporada 11/12, donde su equipo perdió la final con el Barcelona español, en Wembley. Aunque cosechó 17 goles en 52 partidos no pudo retomar plenitud fubolística.

Michael, un jugador de enorme talla, que sin dudas podría caber en cualquier esquema de los mejores equipos de la actualidad, tuvo su momento de gloria. Jugó en varios equipos denominados los más "grandes" del mundo. Su pasó por La Liga no fue el mejor, pero nadie podría pensar que el "Golden Boy" no sería la mano derecha de Cristiano Ronaldo o Lionel Messi o cabecear un centro de Arjen Robben o Mario Götze. Pero la fortuna no estuvo de su lado al momento de las lesiones. 

Gran parte de su carrera se desperdició en recuperaciones de todo tipo de malestares físicos. Tampoco tuvo la compañía en la selección. Aunque sí conformó grandes selecciones junto a figuras del fútbol mundial como David Beckham, Gary Neville, Rio Ferdinand, entre otros. En el Madrid formó parte de "los galácticos" que lograron la "triple corona" al ganar La Liga, la Champions League y la Copa del Rey. Más allá de no ser tenido en cuenta por Vanderlei Luxemburgo, quedará en la historia grande de la institución española.

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