En esta primera parte de la entrevista con Leo Fernández, el ex arquero de la Selección Boliviana, nos encontramos con el costado político, el del compromiso y la militancia por el MAS. Además, la discriminación en Bolivia y el rechazo de sus ex fanáticos tras su declaración en favor del presidente, con quien hoy juega partidos en diferentes partes del país.
Un futbolista, una figura pública que tiene un pasar tranquilo. Ídolo en Santa Cruz de la Sierra, una de las ciudades más acaudaladas de Bolivia, y cerca de su retiro. ¿Qué necesidad puede tener de hacer abierta su adscripción política con las ideas de Evo Morales, el presidente del país y odiado en la tierra que lo adoptó como propio? La necesidad de la convicción, de la creencia firme, de la admiración.
Eso se desprende de las palabras de Leo Fernández, el arquero nacido en Argentina y que se hizo emblema de Oriente Petrolero. A lo largo de la charla con el ex "1" de la Selección Boliviana tocamos diferentes aspectos: su ideología, la relación con Evo Morales, el costo que tuvo para él todo eso. Y también hablamos de fútbol, de doping, del rol de la prensa deportiva y sus múltiples experiencias de vida, aunque eso quedará para la segunda entrega.
Comenzamos con su apoyo al Movimiento Al Socialismo, el partido de Evo Morales. Por eso, le preguntamos a Leo en el encuentro que tuvimos en la casa de sus padres en Valentín Alsina, cómo fue que se inició su fervor político.
"La relación
con Evo es de admiración de parte mía hace muchos años a una persona que fui descubriendo más todavía. Me fue sorprendiendo gratamente y encima más. Yo
pensaba que todos los políticos eran unos ladrones, que todos los que se metían
a política era para robar, hoy tengo la posibilidad de estar muy cerca de él y
darme cuenta la honestidad que tiene, que no se ha robado nada, porque está a la
vista. Bolivia siempre fue gobernada por la gente de poder, sometiendo a los
que menos tenían, sobre todo a los indígenas y a la gente más humilde, en todos
esos departamentos más pobres". Las palabras de Fernández no son antojadizas, excepto pequeñas excepciones históricas, Bolivia en efecto siempre fue gobernada por un pequeño extracto oligárquico. Hasta mediados del Siglo XX, "La Rosca" (formada por las familias Patiño, Hoschild y Aramayo, que acaparaban casi el total de los bienes naturales de un país rico en productos mineros e hidrocarburos) dictaba los tiempos políticos del país. El breve lapso del Socialismo Militar y luego la Revolución de 1952 que capitalizó el MNR de Paz Estenssoro fueron eso, excepciones, en los cuales los sectores postergados había logrado tener un lugar. Ese lugar que recién volvieron a tener con Evo Morales.
"Entonces, hay un sentimiento de compromiso, yo jugué por Bolivia y defendía a todos los bolivianos, no sólo a los de Santa Cruz. A veces uno se queda con lo que es la gran ciudad y se olvida de lo que pasa a la distancia. A mí me había tocado recorrer mucho Bolivia, por haber jugado con la selección, por haber ido a distintos lugares. Conocía bastante y veía la realidad y sentía que tenía que cambiar. Me parecía que Evo era una persona que en todo caso merecía una oportunidad", continúa Leo quien agrega que lo conoció antes que fuera presidente ya que cuando él iba a Santa Cruz paraba en el hotel donde vivía el arquero. "Me acuerdo que decía con mi pareja en ese momento 'ojalá que gane este señor porque creo que lo va a hacer mejor que los otros', sin pensar en que iba a poder tener el fanatismo que hoy tengo, porque lo defiendo a capa y espada", aseguró.
Vivimos en tiempos de redes sociales. Así, fue una pequeña mención en Facebook la que terminó acercando al golero al MAS. El arquero surgido en Argentinos Juniors puso en la ideología "MAS" y una amiga paceña militante del partido le dijo que cuando Evo se enterara se iba a emocionar. "Ella se lo comenta a él y me dice 'él te admira'", explica Leo, quien agregó: "Yo todavía jugaba; y es muy difícil jugar y tomar
una postura partidaria porque claro es para que te recontraputeen en Santa Cruz".
"Entonces, hay un sentimiento de compromiso, yo jugué por Bolivia y defendía a todos los bolivianos, no sólo a los de Santa Cruz. A veces uno se queda con lo que es la gran ciudad y se olvida de lo que pasa a la distancia. A mí me había tocado recorrer mucho Bolivia, por haber jugado con la selección, por haber ido a distintos lugares. Conocía bastante y veía la realidad y sentía que tenía que cambiar. Me parecía que Evo era una persona que en todo caso merecía una oportunidad", continúa Leo quien agrega que lo conoció antes que fuera presidente ya que cuando él iba a Santa Cruz paraba en el hotel donde vivía el arquero. "Me acuerdo que decía con mi pareja en ese momento 'ojalá que gane este señor porque creo que lo va a hacer mejor que los otros', sin pensar en que iba a poder tener el fanatismo que hoy tengo, porque lo defiendo a capa y espada", aseguró.
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Una postal habitual |
- ¿Cómo lo
tomó la gente de Oriente Petrolero?
- Muy mal. Era
muy duro en esa época, era muy hostil en la calle, me trataban de vendido, que
cuánta plata me habían dado. Yo termino de jugar en el 2009,
termina el campeonato, como no clasificamos a las finales con La Paz FC y yo ya no tenía ganas. Tenía un tema familiar con mi
primer hijo, tenía más ganas de estar con él que de jugar al fútbol. Justo estaban
en campaña porque en el 2009 había elecciones y decía qué hago 'lo digo o no lo
digo'. Yo sabía lo que se iba a generar; siempre me invitaban amigos de
izquierda a eventos y un día fui. A los dos minutos había 20 cámaras, hasta las
de los programas de farándula filmándome. Dije que iba a votar por Evo;
para muchos cruceños fui un traidor, pero para Evo y compañía fui una especie
de antes y después. Que una persona que no tiene el perfil de lo que es el
típico evista masista y en Santa Cruz diga “yo voy a votar Evo” genera que alguien pueda pensar 'pará no sólo
lo vota la gente del Altiplano a Evo, también lo puede votar un rubio de Santa
Cruz'.
- ¿Es muy
discriminadora la gente de Santa Cruz?
- Sí, es muy
discriminadora. Cambió mucho gracias a Evo por la ley en contra de la discriminación y el racismo. A él le decían “indio maldito”; en programas de radio y
televisión. De hecho, hay uno detenido porque no se retractó. Vos imaginate su
mentalidad; un día en un programa dice “Ese indio maldito, acá no va a poder
pisar, como si fuera el dueño de Bolivia”. Claro, al final con la ley que se
pone, termina siendo detenido, se tiene que retractar y es al día de hoy que no
se retractó. Fijate su soberbia y su racismo que le impiden decir “estuve mal”.
Todos tuvimos alguna vez una expresión racista; está mal, yo ya no lo digo, me di cuenta de lo que significaba eso. Me ha tocado ir al colegio de mi hijo a un
acto y que venga un nenito a decirme “lo vi en la tele jugando con ese indio”, un nene de cinco años. Si supieras que ese indio es más honesto que yo y tu padre. Para mí
cuando lo tocan al presidente, siento la necesidad de defenderlo. Veo lo que él
hace por Bolivia, con mis propios ojos y veo lo que tiene, o sea nada.
El amor por un futbolista, la idolatría, es una relación muy particular. Muchas veces puede ser inquebrantable, más allá de las buenas o malas que haga el deportista en cuestión. Sin embargo, el odio en buenos sectores de Santa Cruz (uno de las ciudades de asentamiento de la oligarquía mencionada antes) es más fuerte y puso en jaque la relación del público de Oriente con Leo.
En otra reunión presidente y arquero |
El amor por un futbolista, la idolatría, es una relación muy particular. Muchas veces puede ser inquebrantable, más allá de las buenas o malas que haga el deportista en cuestión. Sin embargo, el odio en buenos sectores de Santa Cruz (uno de las ciudades de asentamiento de la oligarquía mencionada antes) es más fuerte y puso en jaque la relación del público de Oriente con Leo.
"Mucha gente
que me apoyo me dice 'pucha, nosotros te apoyamos cuando te compramos y vos
después nos traicionaste'. Bueno, pero ustedes me compraron para que yo jugara,
no me digas que piense como vos. Bolivia estaba muy mal, era impensado que un
gobernador terminara el mandato, el golpe era moneda corriente, de hecho cuando
Evo gana o iba a ganar, te decían 'va a durar tres meses'. Los mismos que hoy
dicen 'ah, se va a quedar toda la vida'. Yo he tenido grandes peleas con amigos,
por este tema. Lo bueno es que ellos saben que el apoyo es desde siempre y que
no es un oportunismo político. Yo voy a apoyar a Evo hasta el día que se vaya y
si un día saca el dos por ciento de los votos, voy a pensar igual. Nunca voy a
cambiar, de hecho nunca cambié. Siempre
me gustaron los gobiernos que ayudan al que menos tiene, sobretodo en este caso
con Evo que obra con el ejemplo, porque él no tiene nada. Siendo siete años
presidente y pudiendo tener lo que quisiera no tiene nada o muy poco. Como dice
él, se libró de esa tentación", nos contó el arquero a comienzos de año una soleada mañana de verano.
La inauguración de un coliseo |
Cómo es Evo como persona; anécdotas
- Nos vemos una o dos veces por semana en eventos; una humildad total, es
impresionante. Y uno después tiene que escuchar que él es soberbio. Yo que lo
trato sé cómo es. A mí me tocó por ejemplo ir un día a una reunión con él; nos
da un lugar increíble, nos pone de pares y vamos en su movilidad, helicóptero,
avión y nos invita a cenar a la residencia presidencial. Ahora, yo te digo
residencia presidencial, te imaginás un lugar…Y es una mesa de 2 x 2; él suele
cenar solo y éramos cuatro charlando con él. No es la actitud de un tipo
soberbio esa, cenar en esa mesa, tener ese trato con los demás. Como
saluda al Gobernador de Cochabamba, al alcalde, saluda hasta al último cocinero, cuando
a mí me dicen que es soberbio, no me cierra.
Los partidos que juega con Evo
- Cuando hay
inauguraciones de coliseo, nos invita. Ha hecho coliseos (gimnasios deportivos) cinco veces más que
todos los presidentes juntos en toda la historia. Él tiene un concepto del
deporte integrador, dice que es salud. Y que encima los coliseos sirven para
todos los deportes, para reuniones sociales, para emergencias.
Yo pensaba que sólo lo hacía para el fútbol. Incluso, con fines políticos, él
decía 'cuando yo jugaba en el chapal, no teníamos dónde reunirnos, utilícenlos también para debatir ideas políticas'. Entonces qué mejor cuando inaugura que ir con varios del '94. Más que nada somos tres o cuatro que empezamos, porque en política eso es
importante, no es lo mismo el que viene ahora y dice “Evo, Evo” que el que lo
dijo hace cinco o seis años y él lo sabe.
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Glorias del fútbol boliviano con Evo |
El Diablo Marco Antonio Etcheverry, Berty Suárez y Eduardo Jigucci han sido los primeros que se sumaron, aunque no los únicos. "Se han venido acoplando otros; Cristaldo, Platini Sánchez, que
pensaba muy distinto hace unos años atrás. Él nos
considera sus amigos, lo que no es poco. Lo dijo en una entrevista, estuvimos
hace un mes en la fiesta de Orinoca, que es el lugar donde él nació.
Compartiendo todo el día con él, nos hace sentir sus amigos", mencionó.
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Leo, el Diablo y Suárez en la casa donde nació Evo |
"Evo juega. Son
desafíos; él tiene su equipo que es del Palacio Quemado, son su seguridad, todos pibes
de 20 años que juegan muy bien, contra nosotros, y son partidos a muerte. A
veces nos ganan; empezó perdiendo y nos ha dado vuelta la historia, nos lleva
un par de partidos de ventaja. Son a todo o nada". Ese es el resumen de los partidos entre Evo y la Generación Dorada del fútbol boliviano.
De uno de los partidos que Evo jugó, se recuerda una patada que el presidente le metió a un rival. Acá, la explicación del arquero: "Ese fue una
inauguración de un césped sintético y no tuvieron la mejor idea que hacer un
partido contra la oposición; claro empezó el partido y de entrada le meten un
planchazo mal; eso no se vio. Estuvo mal y él lo sabe, como presidente tiene que mantener la cordura. Sabe
que eso se lo van a utilizar en su contra. Fue algo que
aprendió y por eso juega con amigos".
- ¿Se habla de
política en los planteles o es un tabú?
-Se habla.
Generalmente el futbolista no sabe mucho, pero puede llegar a interesarle, como
es mi caso. Yo creo que fui aprendiendo, leo; si hoy me compro un libro es de
política, si regalo, también. No hay otro tema, de hecho le voy a llevar un
libro que le compré al presidente, de Trotsky, espero que no lo tenga, porque
le regalan de todo. Nos ha tocado en abril cuando vinimos a jugar con el
Indoor, un plantel mix. Gente que no lo quiere y gente que lo queremos, que
estamos con él. Las cosas que decían...me
paré y me fui, porque no tenía sentido. El debate es enriquecedor, me parece
bárbaro cuando hay ideas; sé que hay cosas que no estuvieron bien, que se
hicieron mal, y soy el primero en reconocerlas. Pero el que no hace no se
equivoca, es como el penal, no lo erra el que no lo patea. Gente que dice
“Chávez, ojalá que se muera”. Qué podés charlar con esa persona. Me dan ganas
de romperle la cabeza, pero prefiero pararme e irme. Y con Evo pasa lo mismo;
por ejemplo te dicen “no, es un ladrón”; decime cualquier cosa, menos eso. O te
dicen “narcotraficante”, el tipo más sano del mundo, y encima la otra vez sale
un informe en New York Times, que dice "qué increíble Bolivia cómo ha bajado la producción de
cocaína aún habiendo Evo echado a la DEA y sin haber usado la fuerza como en
México o en Colombia". Vos decís cómo, se bajó las plantaciones de coca, está
mejor el tema del narcotráfico, y resulta que es un narcotraficante. No tiene
sentido.
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Patria Grande |
La relación de Evo y otros ex futbolistas se extiende también con el
vice Linera y otros altos mandatarios bolivianos. Por eso, al pregunta acerca de si en algún momento se ve en la función pública surge sola.
- No me veo.
Ni aunque me lo propusiera Evo; le diría que me siento más útil desde otro
lugar y que mi apoyo nunca fue con ese objetivo. De hecho, él me quiso dar un
cargo, pero yo no lo había apoyado para que el me diera algo. Era para trabajar en
Bolivia Deportes, una rama del Viceministerio de deportes, me cito a La Paz,
después de esa campaña en que yo lo apoyo. Luego se suma Marco (Etcheverry), para las de prefecto, alguien que me supera
ampliamente a mí, en cuanta a carrera. En febrero un día me suena el celular y
era el viceministro de autonomías, el que ahora es el cuatro. 'Cómo le va Leo, le
habla Carlos Romero, el presidente quiere hablar con usted', me dice. A todo esto, sólo
había jugado un par de partidos con él, sólo habíamos compartido cancha y
nada más. “Hola, cómo le va presidente, aprovecho para felicitarlo, de la
campaña”, le dije y él me respondió “Me gustaría hablar con vos; te espero el martes en La Paz”. Me fui a
La Paz, me recibió, estuvimos charlando solos y antes de que me dijera nada, le
dije: “Mire que mi apoyo fue sin buscar nada, usted no me tiene que dar nada a mí,
lo apoye porque creo que es lo mejor para Bolivia, como si un día pienso que no
es lo mejor o que le falló al pueblo, también lo voy a decir”. “Yo ya sé, me
gustaría que me ayudes acá”. Hubiese quedado muy “te
apoyé, me diste esto”. El apoyo es incondicional, a menos que me defraude, como
yo soy su amigo a menos que lo defraude a él. Así funciona con Evo. Sos su
amigo, pero si le fallás, lo traicionás o le robás al Estado, se terminó la
amistad y vas preso; esa es la gran diferencia que veo con el gobierno de
Cristina. Qué pasa; él puede obrar con el ejemplo. Habría que revisar acá cómo
son las cosas, creo que debería haber una ley más dura contra la corrupción si
es que se quiere terminar con la corrupción.
- ¿Si vos
votaras acá no votarías a Cristina, entonces?
- No, sí, votaría
a Cristina. Y seguiría votándola, aunque le pediría eso, en nombre de mi
familia y como ciudadano latinoamericano. Yo me siento de Latinoamérica y si a
Chávez le pasa algo (la entrevista fue realizada en enero), se me va a caer una lágrima. Le pediría eso, que fuera más dura con
los corruptos. Si un tipo va y roba un banco, va
preso, si un alcalde, un prefecto o un intendente roba, le está robando a
todos. Es un robo. Y es peor, porque uno que roba a todos que uno que roba un
banco, para mí es peor.
Un poco de fútbol
Un poco de fútbol
- ¿Qué significó para vos jugar para la selección de Bolivia? ¿Fue simplemente un hecho deportivo o hay algo más, te sentís boliviano?
- Yo la
verdad es que siento las cosas como son, nací en Argentina, todo lo que soy
deportivamente me lo dio Bolivia en un 90 por ciento. Hoy por hoy mi vida está
en Bolivia, le deseo lo mejor, me importa lo que pasa en Argentina porque está
mi familia, pero uno siente más apego, cariño a Bolivia. Viven mis hijos, ellos
son bolivianos, hay un cariño superior por Bolivia, no porque no quiera a
Argentina, pero Bolivia es todo para mí. La verdad es que vivo preocupado
porque a Bolivia le vaya bien y cuando juegan Argentina y Bolivia, quiero que
gane Bolivia.
- ¿Año 2003,
Monumental, partido con Argentina, suenan los himnos y qué te pasó?
- Fue algo raro. El himno argentino no lo canté, pero es una situación incómoda, hagas lo
que hagas va a estar mal. El himno argentino me moviliza, cuando juega un
jugador argentino o un tenista o la selección en el Mundial y Bolivia no está,
quiero que gané Argentina. El himno me moviliza lo he escuchado de chico pero
bueno, hoy por hoy me moviliza mucho más el himno de Bolivia que lo voy
escuchando día por día por cada pueblo que me toca ir. Realmente en un país tan
sufrido y golpeado que hoy está viviendo una oportunidad histórica, me siento
mucho más identificado. Me pega más el himno boliviano que el argentino.
- ¿Cómo fue
tu paso por la Selección; cómo es la experiencia de jugar en un equipo que
cambia radicalmente su libreto cuando juega de visitante con respecto al que
hace de local? Imagino que debe traer problemas.
- Sí, y
termina perjudicando. Porque pareciera que hay que ganar de local y que de
visitante no importa. Al final, últimamente le ha ido mejor de visitante que de
local. A Argentina lo ha complicado de visitante y le ha tocado golearlo en La
Paz. Sí, es verdad que son esquemas totalmente distintos. No es fácil jugar en La
Paz en el sentido de que últimamente, por el sistema de eliminatorias, hay
muchos compañeros que juegan en el exterior y que llegan tan o menos
aclimatados que algunos visitantes. Por ejemplo me ha pasado cuando estaba en
Chacarita, de ir a jugar y que Paraguay llevaba 30 días entrenando en La Paz y
yo llegué tres días antes.
- Por
ejemplo, Moreno Martins que juega en el exterior. ¿Pensás que le puede afectar?
- Sí, le
afecta. Además, hay jugadores que le afecta más que otros. Yo no
tenía problemas. Por ejemplo hoy que me toca jugar en todo Bolivia, a mis 39
años jugamos en Orinoca, la ciudad de Evo, tiene 3800 metros y la verdad
es que a mí no me afecto y yo sigo viviendo en Santa Cruz, que es un lugar del
llano.
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