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"Estaba orquestado, nadie controló nada"

A un año de la masacre en Port Said, donde perdieron la vida 74 simpatizantes del Al-Ahly, Oscar Elizondo le brindó un mano a mano a Cultura Redonda. El argentino estuvo en el estadio, se salvó de milagro y nos cuenta todo sobre la jornada más sangrienta en el fútbol egipcio.




El fútbol muchas veces da grandes partidos, goles inolvidables, jugadores únicos y hasta victorias y derrotas que quedan guardadas para siempre en lo más profundo de la memoria. Pero también, a veces, admite manchas negras que son mejor enterrarlas para no recordar. Y una de ellas fue la masacre de Egipto, en Port Said, en febrero de 2012. El fútbol volvió a vestirse de luto, y hoy a un año, el recuerdo y el dolor siguen vivos.

La previa. El cordobés Oscar Elizondo, desde 2009, es el encargado del análisis en el cuerpo técnico de Manuel José. Con el técnico portugués arrancó en Angola, pasó por Arabia y recaló en el Al-Ahly, el equipo más campeón del África, para lo que fue el tercer período del DT en el club egipcio donde obtuvo 22 títulos entre Liga nacional, Copas nacionales e internacionales.

Oscar Elizondo vivió la masacre

Con ellos se subió al micro y viajó al Estadio del Al-Masry para disputar un partido de Liga y desde el vamos Oscar sabía que el clima no era el mejor y comentó: “No nos esperábamos el alcance final, porque eso fue una matanza. Ahora, que el ambiente estaba tenso y que seguramente tendríamos problemas, eso sí lo sabíamos”. Ese clima del que habla es el que abrigaba a la Revolución que derrocó a Hosni Mubarak y que llevó a ser a la gente más agresiva de lo que era habitualmente, a principios del año pasado; pero es esa misma Revolución la que comenzó a gestarse a través de la unión entre los ultras del Al-Ahly y el Zamalek, históricos rivales, que dejaron atras todo tipo de desuniones para pelar contra el gobierno del dictador.

La tragedia. Con el arribo del equipo más popular de Egipto al Estadio Port Said la aparición de una bandera marcó el grado de violencia que se podía desatar esa tarde-noche. “Nosotros cuando llegamos, antes de empezar el calentamiento, vimos que había una bandera que decía `Hoy los vamos a matar´”, recordó “Dady”, como lo conocen sus allegados.

Corrida sin rumbo de los jugadores

Con el correr de los minutos y con la pelota en juego, la situación se puso más áspera. “Invasiones de campo, piedras, amenazas y el árbitro nunca paró el partido”, manifestó Oscar casi sin entender la falta de criterio del juez del partido de no suspender el encuentro, si argumentos había y de sobra. El Al-Ahly se puso arriba en el marcador, en el segundo tiempo lo empató el equipo local y se le anuló un gol válido al conjunto visitante que al final del partido sería la víctima. Luego, la barbarie.

“Pasaba un tipo caminando por enfrente tuyo haciéndote señas de que te iban a matar y nadie lo detenía. Estábamos muy preocupados pero nunca nos imaginamos la magnitud de lo que pasó después. Vi gente apuñalada, chicos que murieron en nuestro vestuario. La situación era muy tensa, y estando con los jugadores tratábamos de calmarlos porque además tengo hijos de esa edad y había gente más chica que estaba muriendo. Apagaron las luces, cerraron las puertas de accesos y a los hinchas los dejaron encerrados en esa parte de la hinchada. Hubo gente que murió por asfixia, porque los tiraron de la tribuna y por apuñalamientos. Estaba todo orquestado. Nadie controló nada”, narró Oscar  y recordó el terrible momento que le toco vivir a kilómetros de su familia y que lo dejó al borde de la muerte.



Además agregó un testimonio desgarrador que pinta de cuerpo entero que no solo el día de matanza fue escalofriante sino que los días posteriores no fueron fáciles: “Es un equipo importante y se tiene mucha relación con el hincha. A mí me paso que tener que saber que hubo muertos que yo conocía. Capaz era gente que había estado con nosotros durante la semana en los entrenamientos sacándose fotos y veías después las imágenes y te acordabas que habías estado con ellos. Esto te hace reflexionar muchas cosas de la vida, aparte del fútbol. Cuando vi todas las imágenes de lo ocurrido me derrumbé. No podía creer que me dieron dos patadas, que me levanté y pude salir”.

El después. Luego de esta terrible situación la Liga de Egipto se suspendió por tiempo indeterminado y así comenta Elizondo como lo vivieron ellos: “La liga paró el tres de febrero y no se volvió a jugar. Nosotros jugamos la fase de clasificación de la Copa África y la fase de grupos que fue en junio. La situación se puso difícil para entrenar porque el tema de los 74 muertos era un bombardeo anímico. Salimos del país muchas veces, a Qatar o a Dubai”.

"Estuvo todo orquestado", dijo Elizondo

Sin embargo el equipo logró entrar al Mundial de Clubes que ganó el Corinthians y el ex integrante del cuerpo técnico aclaró: “Esto que hizo el Al Ahly en el Mundial es histórico. Fue el único equipo que llegó a la fase final sin disputar la Liga local”.

A un año de la masacre las novedades aparecieron casi como un homenaje a las víctimas. Un tribunal egipcio recomendó, el sábado 26 de enero, darle la pena de muerte a 21 de los 70 imputados por los homicidios -entre los procesados hay nueve funcionarios de seguridad- en esa batalla campal, situación que despertó la alegría de los familiares de las víctimas y que desató la ira de los familiares de los imputados que terminó con treinta fallecidos en una terrible confrontación con la policía de la ciudad de Port Said. El resto de los condenados sabrá su futuro recién el 9 de marzo, según confió uno de los jueces de la causa.

El dolor de los familiares de los condenados

Además la Liga se reanudará los primeros días de febrero sin público y con las Fuerzas Armadas en los estadios. Igualmente a Oscar Elizondo nadie le saca de sus pensamientos que “el gobierno contrató matones a sueldo” para matar a los ultras cairotas que habían salido a las calles a festejar el derrocamiento de Mubarak.

Aunque pasó el peor momento de su vida, aunque coqueteó con la muerte y logro saltearla, cuando se le preguntó si volvería al Al-Ahly él no dudó: Con los ojos cerrados, cuando me llamen. Es difícil que me vuelva a pasar esa identificación con un equipo”.

Hoy Oscar Elizondo sigue junto a Manuel José en Irán, rodeado de una dictadura religiosa bastante complicada, "es un bombardeo permantente, es algo increíble", añade. Su "jefe" le aclaró a él y a sus compañeros que este puede ser su último equipo y Oscar no descarta venir a la Argentina a seguir con su carrera. ¿Vendrá a buscar la paz que no hay en Oriente? Por ahora sigue su aventura en tierras tan exóticas para nosotros.

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